El primer arranque autónomo de tu sistema es lo que los ingenieros eléctricos llaman “la prueba de fuego”.
No te preocupes si el sistema no llega a arrancar. Si la instalación se completó con éxito es posible que sólo haya un problema menor que impida que el sistema arranque Debian. En muchos casos estos problemas pueden arreglarse sin tener que repetir la instalación. Una opción disponible para arreglar problemas de arranque es utilizar el modo de rescate que está disponible en el propio instalador (consulte Sección 8.6, “Recuperar un sistema roto”).
Es posible que necesites ayuda de usuarios más experimentados si eres nuevo en Debian y a Linux. Para arquitecturas menos habituales como es el caso de 64-bit MIPS (little-endian), tu mejor opción es preguntar en la lista de correo debian-mips . También puedes enviar un informe de instalación tal y como se describe en Sección 5.4.5, “Enviar los informes de la instalación”. Por favor, asegúrate de que describes claramente el problema y de que incluye cualquier mensaje que se muestra de forma que otros puedan diagnosticar el problema.